El futuro pertenece a quienes creen en la belleza de sus sueños.

El tiempo nos hace fuertes o débiles, nos ayuda a valorar las cosas o a repugnar otras, a conocer nuevas amistades y a dejar a otras atrás, a visitar nuevos países y adentrarnos en una de las venturas que soñábamos de pequeños o ser una persona que no tiene ningún momento para sí mismo. El tiempo es el mejor modo de olvidar o de aprender, pero de cualquier forma, el tiempo es lo que nos hace personas, lo que nos permite cambiar si hemos cometido errores, lo que nos ayuda a comprender situaciones, a ver que las cosas no son como realmente pesamos. El tiempo es infinito, ya sea aquí o allí; con la creación del mundo o la destrucción de éste, el tiempo siempre existirá, y puede que sea lo único que perdure por siempre, porque sin tiempo, al igual que sin espacio, no hay nada y sin ambas cosas no habría existencia, nosotros mismos no existiríamos, ni veríamos las maravillas o las desgracias de este mundo, ni conoceríamos a personas fantásticas que están ahí en cada momento, ni tampoco conoceríamos el amor o el odio. El tiempo del que podemos disfrutar, tenemos que vivirlo al máximo sin perderlo en tonterías, porque al final, cuando vayamos a morir, será cuando más lo extrañemos.